Reseña Histórica del Colegio Inmaculada Concepción Puerto Varas
E l Colegio Inmaculada Concepción Puerto Varas, ha desempeñado una labor primordial enel desarrollo de la vida puertovarina, formando por más de un siglo personas cristianas e íntegras, marcadas por los valores de la Madre Paulina Von Mallinkrodt.
A mediados del siglo XIX, el gobierno de nuestro país requería expandir la soberanía nacional, sin embargo, la población chilena no alcanzaba para poblar los lugares más recónditos y septentrionales, aislados por la frontera del BíoBío y la defensa del territorio mapuche.En este escenario, la zona del Llanquihue es colonizada por alemanes, invitados por el Estado chileno con el fin de darles una posibilidad de desarrollo económico, relacionados con la actividad agraria y ganadera, que permitía también el crecimiento de Chile.
En base a colonos y herencia alemana, la ciudad de Puerto Varas comienza a configurarse, aumentando año a año los niños y jóvenes, lo que pronto hizo necesario fundar escuelas y colegios, para entregar educación.Ante ello, los colonos hacen la petición formal para que sus hijos tuvieran una educación cristiana y profunda en su lengua materna.
Así, se formó una comisión de colonos, conformada por los señores Enrique Segundo Niklitschek, Germán Schwerter, Francisco Schwerter y Enrique Wiehoff, quienes lograron llegar a un acuerdo con la señora Isabel Felmer de Droppelmann, para conseguir el terreno donde se construiría el establecimiento educacional, obteniendo un espacio de dos cuadras de extensión, que más tarde sería el soporte del colegio, sus jardines, el cerro Calvario e incluso el Hospital San José, actual Clínica Alemana, que fueatendido por las mismas religiosas que sacaron adelante el establecimiento.
El edificio pronto comenzó su construcción, apoyados por la cooperación económica de los mismos padres de familia y del patrocinio del Padre Guillermo Sander, proveniente de Alemania, y el apoyo del párroco Padre Juan Mellwig.
El 11 de marzo de 1903, las Hermanas de la Caridad Cristiana Hijas de la Bienaventurada Virgen María de la Inmaculada Concepción: Sor Teodota, Sor Herewida, Sor Ferdinanda, Sor Arnulfa, Sor Phocasia, provenientes de Patterborn (Alemania), pero asentadas en la Casa San José de Puerto Montt, llegan a nuestra ciudad para hacerse cargo del colegio.
Una semana después, las religiosas, al mando de Sor Teodota, realizan la solemne bendición de la capilla y de la escuela, y el 23 del mismo mes, con cuatro cursos, se inician las clases bajo el nombre de Colegio Sagrada Familia, con tan sólo 24 alumnos.
Esas primeras filas, pronto aumentarían en números, llegando a 58 estudiantes e instaurando un sistema de internado, teniendo educación puertas adentro, para alrededor de 20 niñas.
De ahí en adelante, el colegio se convirtió en el centro del desarrollo educacional de la ciudad, siendo sede de cursos anexos (como corte y confección), conferencias, actividades deportivas y pastorales, recibiendo a destacados personajes del mundo eclesiástico como el Cardenal José María Caro Rodríguez y el Padre Alberto Hurtado.
El colegio siguió su crecimiento, y en 1943 se logró que el Ministerio de Educación autorizara el Cuarto Año de Humanidades, aunque años más tarde, por falta de personas, fue necesario eliminar la enseñanza humanística, consolidándose en la educación básica, además del kínder.
Por décadas, el colegio gozó de la administración de mano de Directoras como Sor Isabel Fonseca, Sor Fany Neira, Sor Eulalia, Sor Miriam y Sor María del Rosario, caracterizándose por mantener un establecimiento de excelencia valórica y pedagógica, además de un recinto destacado por su pulcritud y limpieza.
Los tintes pastorales y valóricos siempre estuvieron presentes, desarrollando una hermosa labor en temas de pastoral social, tanto de niños como de padres y apoderados, quienes cada viernes se juntaban en diversas actividades y, una vez al mes, en visitas a hogares de menores apadrinados, en el caso de los niños y niñas, y visitas a la cárcel de Puerto Montt, en el caso de los adultos.
Asimismo, los profesores formaron grupos pastorales, como el CLIC (Comunidad Laical Inmaculada Concepción) en 1999, generando una instancia de compartir y de servicio a los demás, haciendo vida el Evangelio a través de la práctica y el ejemplo.
Llegado el año 2008, la Generala de la Congregación, Sor Luisa, toma una decisión trascendental para la vida de nuestro colegio: dejar de ser las sostenedoras, sin embargo, cedieron continuar con esta noble misión a través del Arzobispado de Puerto Montt. Las Hermanas que habían forjado y esforzado por construir y mantener el establecimiento por más de un siglo, hacen entrega de la administración a la Fundación de Educación Católica de Puerto Montt, presidida por Monseñor Cristián Caro Cordero, y a su nuevo Director, don Francisco Barría Johnson, quienes en conjunto inician un nuevo sueño: La Escuela N° 204 “Inmaculada Concepción” que por más de 100 años había formado estudiantes hasta 8° básico, se abre a la Enseñanza Media Científico Humanista, con dos cursos de I Medio en el año 2009 denominándose "Colegio Inmaculada Concepción Puerto Varas”. El año 2012por Resolución Exenta N°2138 del 12 de Junio del 2012, se aprueba Proyecto de Integración Escolar (PIE)para el colegio, abriendo las puertas a los estudiantes con Necesidades Educativas Especiales.El año nuestro 2015 el colegio se suscribe al Convenio de Igualdad de Oportunidades y Excelencia, conocido como Ley SEP (Ley 20.248), lo que permitió seguir fortaleciendola estructura académica y mejoras en el área de recursos educativos, principalmente, lo que tiene relación con las tecnologías e implementación didáctica.
En la actualidad, ya han sido 5 generaciones de ex alumnos de IV Medio que han trascendido su elección vocacional hacia la educación superior o alguna rama de las fuerzas armadas y de investigaciones.
Las familias confían en que el legado de la Congregación y ahorade la Fundación de Educación Católica, siguen vivos los valores de Madre Paulina, fomentándose el crecimiento espiritual, físico y de las relaciones interpersonales entre los miembros de la gran familia que somos, formando a nuestros estudiantes, fuertemente, en el área valórica y académica, para nunca dejar de ser protagonistas del avance de nuestra ciudad, de la sociedad y la Iglesia, siempre al servicio de los demás.