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Nuestra propuesta educativa integra fe y cultura- formación valórica y académica.

Mis primeras palabras son de agradecimiento a Dios por permitirme el ingreso a tan hermosa experiencia educativa como lo es el Colegio Inmaculada Concepción de Puerto Varas. De este modo, he asumido la subdirección como un desafío interesante que ha requerido de un arduo trabajo, discernimiento y búsqueda de lo que Dios quiere para esta comunidad y de qué forma desde mi gestión, junto al equipo directivo, puedo aportar a este crecimiento.   

En el transcurso de este año, hemos realizado un caminar no exento de dificultades, pero siempre con la mirada puesta en nuestra visión y misión como colegio de iglesia. Es este contexto, que he tenido la oportunidad de visitar diferentes cursos, conversar, escuchar y promover la reflexión con los profesores, asistentes de la educación, inspectores, estudiantes, Centro de Alumnos y muchos padres que día a día nos visitan.

Educar hoy no es lo mismo que educar hace veinte o treinta años atrás. Tenemos nuevos desafíos y metas, la sociedad y la familia han cambiado, por lo tanto, la educación tiene connotaciones distintas a las de ayer donde el énfasis estaba puesto principalmente en la comprensión y el desarrollo cognitivo. En esta búsqueda por entregar hoy una educación de calidad, es que cabe destacar, dentro del trabajo del 2015, la creación del consejo académico, conformado por los jefes de los distintos departamentos de asignatura, preocupándonos por la cobertura curricular, desarrollo de habilidades superiores en nuestros estudiantes y lo más fundamental instalar paulatinamente el ejercicio de la reflexión pedagógica.

En esta tarea, un aspecto fundamental ha sido la capacitación de nuestros profesores en su disciplina y en su rol de profesores jefes como los primeros responsables de la conducción de la vida en sus cursos. No puedo dejar de mencionar el trabajo en equipo entre la subdirección y el departamento de psicorientación, en cuanto a la formulación y activación de diferentes protocolos con el fin de resolver constructivamente los conflictos al interior de la comunidad e instalar un sistema de acompañamiento a nuestros estudiantes desde un enfoque formativo. En este proceso ha sido fundamental la participación activa del equipo de inspectores.

Todos los aspectos mencionados no son otra cosa que un esfuerzo por estar a la altura de las exigentes demandas educativas de nuestro país. De este modo, puedo decir con certeza que nos queda mucho camino por recorrer, pero que sin duda, la propuesta formativa del Colegio Inmaculada Concepción, se mantiene vigente y cada día adquiere más sentido. De ahí que nuestra tarea que va más allá de lo académico. Nuestra propuesta educativa y el estilo pedagógico integra fe y cultura- formación valórica y académica, pretendiendo forjar jóvenes autónomos, convencidos de sus fortalezas y debilidades, solidarios, justos y con un marcado espíritu de servicio.

Por consiguiente, en esta tarea es clave recordar las palabras de nuestro ideario institucional en la cual “la familia es la primera educadora de los hijos, a la que el colegio acompaña, ofreciéndoles los medios y oportunidades para que asuman su misión formativa” (PEI)   

Estas palabras que a simple vista, suenan repetidas, corriendo el riesgo de perder su profundo sentido, cobran relevancia al invitar nuevamente a los padres y madres de familia de nuestra comunidad a no delegar esta tarea en el colegio, ya que  nos deja impedidos de avanzar en la dirección que estimamos correcta. No podemos asumir la formación integral de nuestros estudiantes si no estamos escuela y familia, comprometidos en el mismo sentido, con los mismos valores y con la confianza de que buscamos siempre lo mejor para nuestros estudiantes.  

Es importante decirlo y saberlo: el colegio está vivo. El colegio se va construyendo día a día y cada uno de nosotros aporta su propio ladrillo en esta edificación. Nos vamos haciendo juntos; nos vamos modelando unos a otros, por eso somos comunidad. Y nuestros ojos se fijan en la meta que queremos conquistar.

Este anuario nos presenta las facetas más importantes de nuestra vida en el año que termina, pero ello también nos lleva a pensar y meditar en torno a nuestro quehacer interior  y proyectarnos hacia el nuevo año que Dios nos regala y que se anuncia muy importante para nuestra comunidad.

Saludamos con cariño a los que llegan y despedimos con igual cariño a los que parten.   

 

Luis Valencia Vivanco.
Subdirector Colegio Inmaculada Concepción de Puerto Varas.